En 1536 Pizarro trató de tomar por asalto el lugar para capturar a Manco Capac después de
derrotarlo en Sacsayhuaman pero tuvo que retirarse ante estas fácilmente defendidas terrazas.
Pizarro regresó más tarde con una caballería cuatro veces mayor y se tomó Ollantaytambo
forzando a Manco Capac a huir a Vilcabamba en la selva.
"Los hombres, para defender a su soberano, se colocaban sin más armas que su cuerpo frente
las puertas de acceso al templo del Sol. Uno a uno iban cayendo bajo el fuego de los arcabuces.
Uno a uno se colocaban más sobre los cuerpos sangrantes. Finalmente, fue necesario
que los caballos escalaran sobre la montaña humana que protegía al Inca. Así, con tal bravura
y despojo defendieron estos hombres a su rey"...estas eran las palabras con que describía
la toma de Ollantaytambo el Soldado Astete, miembro de las huestes conquistadoras
que ingresaron a los poblados incas del valle del Urubamba.
Aquellos hombres valerosos ya no están pero aún es posible observar las cien ornacinas que,
talladas en la piedra, servían para recibir los regalos de los peregrinos.
Este Santuario es uno de los mayores complejos arqueológicos del Perú. En su extensión total
ocupa un área aproximada de 600 hectáreas, conformada por complejos religiosos, astronómicos,
administrativos, urbanos, ganaderos y agrícolas, que hicieron del lugar uno de los
más nombrados de los Andes.
Esta construcción es una gigantesca representación escultórica (140 m. de altura), labrada
en parte del cerro Pinkuylluna; en uno de sus flancos rocosos denominado Wiraccochan Orcco
que significa "el cerro del enviado de Wiraccocha". En este perfil escultórico se plasmaron
cada una de las características iconográficas con las que se identificó este héroe cultural.
Las versiones dadas por las crónicas de los siglos XVI y XVII, que refieren que a este
Wiraccochan se le habían hecho esculturas en piedra a su semejanza, representándolo como a
un personaje investido de gran autoridad (pese a su vestir andrajoso y portar una carga en
la espalda, propio de peregrinos). Para esto, realizaron un exquisito trabajo en la parte
correspondiente al arco superciliar del ojo y la nariz, los mismos que en conjunto denotan
una actitud vigilante y amonestadora.
Otro de los elementos importantes de su diseño, se aprecia en la parte correspondiente a la
cabeza; zona en la que se realizó un cuidadoso trabajo de esculpido en la roca, con el objeto
de caracterizar un personaje de pelo corto y oreja crecida, detalle estético propio
de la gente noble.
En la parte superior de la cabeza y en correspondencia a su condición de hombre de conoci-
miento y sabiduría, se construyó un edificio a manera de mirador, el mismo que representa
un bonete en forma de coronilla que identificaba a los sacerdotes y astrónomos.
Todos estos elementos iconográficos, manifiestan contenidos culturales de mucha importancia
pues reflejan en sus significados el por qué se identificaba a este personaje como a un maestro
conocedor del mundo y del tiempo.
En la foto (abajo) está la parte inconclusa, el templo que sustenta el propósito religioso
más que militar de esta impresionante construcción Inca. "Incluso siglos después no se puede
deslizar una tarjeta de llamadas por las apretados empalmes entre estas inmensas losas".
Religioso o militar Ollantaytambo es una prueba fehaciente del abrumador poder de la sociedad
que pudo movilizar los esfuerzos de miles para construir un lugar así.