Los primeros Indo-Europeos en alcanzar Europa fueron los celtas. Desde el primer milenio a.
C., los pueblos de la Europa Occidental conocían y utilizaban la escritura. Los textos que
han sobrevivido, que datan de unos 500 a.C., establecen el mapa lingüístico europeo de la
época y de ellos se desprende que la gran mayoría de las lenguas modernas europeas pertenecen
a una única gran familia llamada Indo-Europea. La indoeuropeización de la península por
los celtas se produjo en dos oleadas, protoceltas 900-850 a.C. y celtas entre 650-500 a.C.
En esta época el este y el sur de la península eran poblaciones iberizadas. Los celtas usaban
la escritura y dejaron legados escritos, entre los que destaca la tabla de Botorrita.
Los Iberos que entraron a partir del 600 a.C. por la costa levantina llegando hasta la costa
de Francia, también desarrollaron escritura y dejaron abundante legado escrito. Los vascones
guardan relación étnica, lingüística o cultural con los celtas y con los norteafricanos
llegados al ager navarro. Los actuales vascos no provienen de estos vascones, sino de
la mezcla de celtas, romanos, bereberes, godos, moros, astures, etc.
Las citas de Estrabón se refieren a los "montañeses" que habitaban la costa cantábrica, es
decir a los "galaicos, astures, cántabros y hasta los vascones en el Pirineo" (incluyendo
de esta manera a vardulos, caristios y autrigones, pero sin incluir a los vascones, puesto
que en griego "hasta" no tiene el carácter inclusivo que posee en castellano).
Los caristios, autrigones y vardulos ocuparon las actuales provincias de Alava, Vizcaya y
Guipúzcoa, mientras que los bereberes o Barskunes se establecieron en Navarra.
La mitología vasca es un producto de toda una evolución que parte desde las creencias y ritos
de los tiempos prehistóricos, para luego ir experimentando un desarrollo y la influencia
de elementos foráneos o la incorporación de mitos de otras culturas (incidencias de las
concepciones de pueblos pastoriles, fase de romanización, y contactos con el politeísmo y
culturas de la antigüedad) y sufrir importantes cambios con la expansión del cristianismo.
Se trata de un complejo tema según se desprende de las narraciones míticas y de los datos
aportados por el folklore, tradiciones y costumbres populares, etnografía y lingüística.
Unos mitos estan a lo largo de todo Euskal Herria y otros recorren solamente algunas comarcas.
Parte de esos mitos son de carácter extendido y universal en algunos casos recubiertos
de aspectos particulares vascos. Hay leyendas que hablan de la llegada de una nube luminosa
anunciando el nacimiento de cristo y el fin de los gentiles, seres con grandes capacidades
físicas e intelectuales no cristianos que acabaron sus días suicidándose. El termino vasco
jentil se referiría al concepto de pagano. En bastantes zonas del País Vasco en los nombres
dados a los distintos monumentos prehistóricos aparece la palabra jentil. La nueva religión
no provocó la perdida de las creencias antiguas, unas siguieron vivas y otras fueron readaptadas
al cristianismo.
Sería muy extenso detallar todas y cada una de las figuras mitológicas existentes. No obstante,
complementando lo ya mencionado se puede hacer una breve referencia de algunos personajes,
figuras o genios de más interés:
La svástica o cruces griegas de fresno en los dinteles de los caseríos, los eguzkilores o flores de cardo en las puertas de los mismos (representa el sol que confunde a los espíritus negativos creyendo que ya es de día), kuttunak (amuletos de fresno, huesos o pieles de animales, para lograr deseos o alejar fuerzas negativas), plantas especiales como: laurel, hierba doncella o el mihura (muérdago), las estelas funerarias propias de toda Baskonia (otro elemento común y exclusivo) y las argizaiolak (cerilluelos de difuntos, esclusivo de Baskonia). Las estelas funerarias se asemejan a cabezas enterradas por su forma (donde estaba "gogo", el alma), no son más que lápidas funerarias, cuya principal característica es la simetría de las mismas. Son concéntricas, es decir del centro salen el resto de las figuras, y simétricas (con alguna excepción), en ella son frecuentes símbolos como los lauburus.
Mari es la figura mitológica ligada a la tierra de mayor presencia en Euskal Herria, ella
esta situada por encima de todos los demás genios. Tiene bastantes nombres aunque lo típico
es que en cada comarca su nombre vaya unido al monte o paraje en el que habita. Mari vive
debajo de la tierra, en cuevas, grutas, etc. y se desplaza al exterior por simas y conductos.
En el exterior se traslada por el aire. La representación de Mari más extendida es como
una mujer de gran belleza en el interior mostrando parte de sus extremidades animales y
en el exterior aparece rodeada de fuego. La gente se dirijía a Mari en busca de consejo
respondiéndoles esta correctamente. Mari es la reina de todos los genios, guardando estrecha
relación con Maju que es su compañero, provocando tempestades cuando se juntan. Mari se
dedica a enviar tempestades de todo tipo quedando libre de los efectos de las mismas quien
le haga ofrendas. Mari castiga a todo el que miente, orgullosos, ladrones e insolidarios.
Un numen muy famoso es aker, un macho cabrío. Entre sus capacidades esta el influjo positivo
sobre los animales que estan bajo su protección. Los akelarres le dieron gran fama ya
que aker los presidía y era adorado por ellos. Maju es el genio subterráneo con forma de
serpiente de una o varias cabezas. Come animales e incluso hombres. Hay varias versiones
sobre su muerte siendo la más típica la que sitúa su perecimiento en el santuario de san
Miguel de Aralar a manos de San Miguel.