Los Celtas (sehlts o kehlts), son los descendientes de los hablantes nativos de los dialectos
célticos como: irlandeses, escoses del norte, naturales de la isla de Man, galeses y
algunos habitantes de Cornualles británicos. Se incluyen también aquellos que si bien no
conservan la lengua, sí las tradiciones y el espíritu que se remonta a la antigüedad: Bretaña,
Galicia española y la Irlanda anglófana. También algunas regiones francesas y belgas.
En estos momentos, historiadores y arqueólogos apoyan cuatro teorías que hablan sobre la
procedencia de estos pueblos o naciones, y estas son:
a) Teoría uno: Hasta la fecha, la teoría del origen de los Celtas, más aceptada por los
expertos en el tema del estudio de los Celtas es la del "Origen Indoeuropeo". Esta teoría
plantea la hipótesis de que un grupo de pueblos, procedentes de la India, y Medio oriente,
emigraron rumbo a Europa. De este pueblo indoeuropeo o "La Nación Aria", surgieron algunas
de las civilizaciones mas grandiosas de Europa, tales como los griegos, los vikingos, los
germánicos, los romanos y claro los Celtas. Estos pueblos, pudieron haber emigrado rumbo a
Europa ya sea por problemas internos, o con otras naciones, o bien por sequías, hambrunas, o
pestes llegando a los Urales, y al Mar Caspio, cruzaron el Mar Negro, y llegaron a Europa
Oriental, y a los Balcanes. Posteriormente, se introdujeron más en Europa y llegaron a Alemania,
Austria, Suiza, y algunos subieron a los países Nórdicos. La primera evidencia celta
fue en Hallstatt, Austria donde algunos gravados fueron hallados y se encontró que databan
del 700 a.C. Los Celtas de ésta región fueron los primeros de Europa del norte en trabajar
con el hierro, además se tienen registros, de utensilios, armas, cuerpos momificados y algunos
fósiles encontrados en Austria y que marcan el inicio del pueblo Celta.
Para el año 500 a.C. se expandieron hacia Francia, Irlanda, Portugal, España y las islas
Británicas. También avanzaron hacia el sur y suroccidente y en el 390 a.C. saquearon Roma.
Algunos grupos Celtas fueron hacia los Balcanes en las actuales Grecia y Bulgaria. Las
pruebas que se tienen de esta teoría, son los Menhires, Dólmenes, y demás huellas de la
cultura Celta en Ucrania y ya las antes mencionadas en Austria, los cuales son, hasta el
momento los más viejos encontrados en Europa.
b) Teoría dos: La segunda teoría es aquella que plantea la hipótesis de que los Celtas, y
en general casi todos los pueblos Europeos, sus antecesores originarios serían los pueblos
Nórdicos o Vikingos. Esta teoría dice que los Nórdicos habrían llegado a Alemania por diferentes
causas, principalmente por el simple afán de conquista, y que de allí se expandieron
a Europa Occidental, Oriental, Insular y a Medio Oriente. Posteriormente, el aislamiento
geográfico provocó que el pueblo Vikingo que emigró al sur, se hiciera completamente diferente
al Vikingo del Norte. Sin embargo no hay mucha evidencia física que sustente esta
teoría, puesto que los hallazgos de restos Celtas encontrados en países Nórdicos son muy
posteriores al origen Celta, a parte de que los encontrados en el transcurso del movimiento
de los Indoeuropeos son mucho mas amplios y mas antiguos. También hay que destacar que la
poca evidencia física que había fue sumamente manipulada, por conveniencia de ciertos gobiernos,
durante la segunda guerra mundial y durante la guerra fría, que fue en este periodo
de la historia cuando gran parte de la evidencia fue destruida. La única prueba fuerte,
es el hallazgo de algunos materiales netamente protoceltas, en el norte de Dinamarca, los
cuales fueron fechados antes de la cultura del Hallstat de Austria. Esta teoría es poco aceptada
en la actualidad, sin embargo no es desechada puesto que la teoría en si es muy
buena y muy lógica.
c) Teoría tres: La tercera teoría es prácticamente nueva, y desconocida. Nuevos hallazgos,
que datan casi 3.000 años antes del Hallstat, de pueblos protoceltas, en La Coruña, en Ourense,
y en el extremo occidental del principado de Asturias al Norte de España, hace pensar
a algunos autores que los Celtas tuvieron su cuna en España y que avanzaron a los Pirineos,
Catalunya, y sur de Francia, para después emigrar al Oriente de Europa y a las Islas
Británicas. Durante muchos años la Historia Celta en España estuvo muy poco estudiada, y en
los últimos años, en los cuales se ha estudiado a fondo a este pueblo, se han hecho grandes
descubrimientos. Esta teoría es muy probable de que sea realidad, ya que en el Norte de España,
es el segundo lugar (después de Irlanda) donde la cultura Celta es pura, aparte de
que es sumamente antigua, y además, los nuevos descubrimientos han apoyado a esta teoría.
El posible origen Celta, en Galicia y Asturias, ha dado como resultado un choque entre los
historiadores tradicionales o comúnmente llamados "Historiadores de Escritorio" y los
arqueólogos, los cuales han sido los mayores defensores de esta nueva teoría, llamada también
Gallego-Asturiana.
d) Teoría cuatro: Según la teoría /irlandesa, los Celtas nacieron en Irlanda, en Isla de Mana,
de donde empezaron a emigrar a Inglaterra, Gales, Curnugales, Escocia, y después a los
países de Europa Oriental, Francia, España, y Turquía (Los Gálatas). Esta teoría se sustenta
en hallazgos dateados en la misma fecha que los Gallegos, a excepción de una vasija con
una decoración que al parecer resulta ser protocelta y es de unos 700 años antes. La vasija
o mejor dicho, el fragmento de la vasija esta sumamente dañada, por lo cual no se está seguro
de su origen. Algunos arqueólogos presumen que la vasija no es protocelta, si no totalmente
Celta, pues hasta donde se sabe, los primeros y casi los únicos habitantes de Irlanda son
Celtas. Otra prueba contundente es la mitología Celta, que a pesar de que no se
puede tomar como prueba fundamental por el simple hecho de ser "mitología", se nos habla de
que antes que el mundo naciera, los Celtas poblaban Irlanda.
Esta teoría, considero que podría ser la única que se pudiera comprobar o bien refutar en
corto tiempo, ya que las fuentes celtas en Irlanda son amplias y poco manipuladas.
Para terminar debemos decir que entre los años 300 a.C. y 100 d.C. los romanos conquistaron
gran parte de Europa. Las únicas culturas celtas que sobrevivieron fueron las de Irlanda,
Escocia, Gales, sur de Inglaterra, y Bretaña en Francia.
El estudio por parte de los expertos de la mitología y religión celta se ha visto dificultado
gracias a la desaparición de importantes fuente de información. El poco y disperso
material que existe ha sido influido por otras culturas, haciendo que se tenga que analizar
información impura. Sin embargo, los expertos han llegado a evidencia concretas y han logrado
formular teorías sostenibles a partir de las fuentes provenientes de la parte continental y
las fuentes insulares (Gran Bretaña e Irlanda). La gran variedad de fuentes hace
que su concatenación muchas veces sea difícil, ya que, por ejemplo, la mitología y creencia
Gaulish no tiene nada escrito y es puramente oral mientras que la mitología irlandesa ha
sido preservada en varios manuscritos de algunos monjes cristianos, aunque muchos de estos
se perdieron luego de la invasión vikinga a Irlanda en el siglo IX. Las fuentes de la parte
continental pueden ser divididas en dos categorías: inscripciones en estatuas y escritos de
autores clásicos. Las esculturas de dioses Gaulish que tiene inscripciones dan información
crucial sobre las creencias Gaulish, en muchos casos, las únicas fuentes viables son las
arqueológicas. Las más de 8.000 estatuas que existen para su estudio tienen el mismo problema
de la falta de cohesión de información. Por ejemplo, el nombre de un dios puede solo
estar en una estatua, lo bueno de esto es que previene a los expertos de las influencias
externas y descubre prioridades. Muchas de las inscripciones están en latín, algunas más
antiguas están en griego, ya que el primer contacto de los Gaul con la escritura fueron a
través de los griegos. Las locaciones de las esculturas dan la idea de que los Celtas no
tenían un asentamiento centralizado, sin embargo conservaban rasgos culturales parecidos
(dioses). Por ejemplo Lug era el mas importante de la divinidades Celtas, sus evidencias
eran claras al norte del río Garonne y muy escasas en Narbonne y Aquitania. Los escritores
clásicos provenientes del continente son una fuente adicional de información, a pesar del
hecho de que rara vez daban detalles de las creencias Celtas. Un problema generalizado es
la interpretación romana de las cosas, que ocurría en autores como Julio Cesar, quien escribía
sobre los dioses Celtas como si fueran romanos. Ésta interpretación significa que
quizás muchas características eran atribuidas sin que originalmente existieran. Los informantes
nativos eran la fuente de información para los escritores clásicos. Desafortunadamente es
muy posible que éstos informantes dieran información incorrecta con el único propósito de
confundir. A esto se le añade los problemas de traducción e interpretación de
cada uno de los autores.
Las fuentes insulares consisten básicamente en historias mitológicas, las cuales son muchos
más abundantes que la evidencia arqueológica. Las dos grandes diferencias míticas son las
de origen Galés y las de origen Irlandés. La información procedente de Gales fue posteriormente
transcrita por los cristianos, así que esta tiene gran influencia extranjera y degrada un poco
la esencia céltica. Mientras que la información Irlandesa tiene el problema de haber perdido
mucho de su contenido en las invasiones vikingas.
Los Celtas eran gente supersticiosa. Lo sobrenatural influía cada aspecto de su vida terrenal y espiritual, para ellos los espíritus estaban en todas partes: los árboles antiguos, las piedras extrañas, los lagos y los pantanos. Ninguna parte del día podía llevarse a cabo sin alguna consideración de los dioses. Ellos eran los responsables de las estaciones y ellos controlaban el mundo natural del cual el ser humano hacía parte: ellos debían de aplacarlos a través de sus intermediarios -los druidas- quienes conocían el arte de la adivinación y poseían gran sabiduría, ellos sabían lo que se tenían que hacer en el momento indicado. Los Celtas pensaban que si una vida humana estaba en riesgo por causa de una enfermedad grave era porque los dioses estaban molestos. La única manera de calmar sus antagonismos, y salvar su vida, era ofrecer otra vida en su lugar. Los criminales eran los preferidos para rituales de sacrificio, pero si estos faltaban, las cuentas debían ajustarse con gente inocente. Existían diversos métodos de sacrificio, sin embargo el más dramático fue sabido a través de la pluma de César. "Algunas tribus, tienen jaulas colosales de mimbre, que eran llenadas de hombres para luego ser incendiadas hasta que todos quedaran muertos". César enfatizó en los sacrificios humanos, mostrando su horror, para así justificar en las mentes de los lectores sus brutales campañas en contra de los Celtas de Gaul. Pero sin duda este era parte importante del ritual Celta.
En el principio, Dios pronunció Su Nombre, y el Manred (la primera sustancia
del Universo) fue formado. El Manred era un conglomerado de diminutas partículas indivisibles,
cada una de las cuales eran Dios y a la vez parte de Dios. La vida surgió de Annwn
(la nada).
Fue Partholan el primer ser en llegar a Irlanda. Llegó con su Reina Dalny y un grupo de
compañeros. Vinieron del Oeste, de la tierra de los muertos. Poco tiempo después de haberse
instalado en esta tierra, tuvieron que luchar contra la temible raza de los Fomorianos: seres
crueles, violentos, deformes y malignos. Los vencieron después de largas luchas. Los
Partholeanos desaparecerían tiempo después, a causa de la gran Peste. Los Fomorianos retomaron
el poder en Irlanda y bajo el mando de sus dos reyes: Morc y Conan, tenían totalmente
tiranizada la tierra de Partholan. Fue entonces que llegaron los nemedios, parientes de la
raza de Partholan. Estos dieron una fuerte lucha, pero al final salieron derrotados por los
fomorianos. Solo treinta nemedios sobrevivieron a la cruenta guerra. Se dice que de estos
treinta había una familia que se llamaba Britan, y se debe a ésta el nombre actual de Gran
Bretaña. Tiempo después apareció el gran pueblo de Dana. Ellos vinieron del cielo, pues su
origen era Divino. Dana era hija del jefe de los dioses Dagda. Los danaanos se esparcieron
por cuatro grandes ciudades: Falias, Gorias, Finias y Murias. En cada ciudad adquirieron
conocimientos propios de cada región. De Falias trajeron la Piedra del Destino, la cual se
ponían los reyes al ser coronados. De Gorias Se trajeron la Espada Invencible de Lugh. De
Finias trajeron una lanza mágica y de Murias el Caldero de los Dagda, el cual tenía la propiedad
de poder alimentar a todo un ejército y no quedar nunca vacía. Fue con todas estas
posesiones que llegaron a Irlanda. Al llegar se encontraron con los Firbolgs (seres mortales).
Estos no aceptaron ningún tipo de tratado sobre división de tierras, asi que declararon la
guerra a los danaanos. Se enfrentaron en Moytura. Al mando de los danaanos estaba
Nuada, el de la mano de plata, quien no podía ser rey debido a su defecto de la mano. La
victoria fue de los danaanos gracias, entre otras cosas, a sus artes mágicas.
Sucedió entonces que el pueblo quería a Nuada como rey a pesar de su defecto. El monarca
actual: Bres, tuvo que ceder su corona. Poco después Bres se enteró que era pariente directo
de la corte de los Fomorianos (enemigos de los danaanos). Así que traicionando a su gente,
buscó el apoyo de Balor, rey de los Fomorianos, para conquistar al puelo de Dana. Balor
era conocido como el Ojo Diabólico, pues tenía un solo ojo y con la sola mirada de éste podía
matar a quien quisiera. Pero, por cuestiones de vejez, no podía mantener el ojo abierto
mucho tiempo. El pueblo de Dana cayó entonces bajo el yugo de los Fomorianos por un largo
tiempo. Los danaanos esperaban con ansia la llegada de un Salvador que los libertara de la
tiranía en que vivían. Este Salvador llegó por fin con el nombre de Lugh, hijo de Kian y
nieto de Balor. Fue gracias a Lugh que los danaanos se enfrentaron a los Fomorianos en una
gran batalla y terminaron derrotandolos. En esta batalla perdieron la vida Nuada, el de la
Mano de Plata y Balor, el del Ojo Diabólico. Para matar a Balor, Lugh tuvo que esperar a
que el gran ojo se cerrara para lanzarle una piedra que se incrustó en su cerebro.
Para los primitivos celtas, el mito susplantaba a la historia misma. En ninguna otra sociedad
se daba tan perfecta simbiosis entre la realidad y la irrealidad, la narración y la fábula,
lo exotérico y lo esotérico. Ya el griego Estrabón, que nació poco antes de comenzar
nuestra era, menciona a los celtas en su voluminosa obra geográfica, basándose en escritos
de anteriores historiadores clásicos, y hace mención a la similitud de ritos y costumbres
entre pueblos que, merced a las continuas migraciones de aquellos tiempos, hermanaban sus
razas hasta llegar, incluso, a una posterior simbiosis. También cita algunas de sus peculiaridades,
las cuales hacen a este pueblo primitivo más atractivo que otros muchos de aquella época.
Se sabe, por ejemplo, que los celtas adoraban las aguas de los diferentes
manantiales y consideraban sagradas todas las fuentes. En torno a ellas tejieron variedad
de leyendas, algunas de las cuales han perdurado hasta nuestros días. Había un dios de las
aguas termales llamado Bormo, Borvo o Bormanus, conceptos que tienen el significado de "caliente",
de aquí derivará Bourbon, o "luminoso" y "resplandeciente", al que se le reconocía
también, en ocasiones, como el dios de la luz. Y su ancestral culto daría lugar a la conmemoración
de las célebres fiestas irlandesas, las "Baltené", que se celebran el primero de
mayo. Muy a menudo, los héroes celtas se consideraban hijos del río Rin, pues de la margen
derecha de este río provenía esa etnia celta que invadió la Galia, las Islas Británicas,
España, parte de Alemania e Italia y el valle del Danubio, ya que sentían la necesidad de
ser purificados por el poder catártico del agua. No obstante, la deidad más peculiar de las
aguas era Epona, asimilada del mundo griego, que siempre iba montada a caballo, animal que
el dios del mar, Poseidón, había hecho surgir con su tridente, tal como quedaba recogido en
la mitología clásica, por lo que también era considerada entre los celtas como una diosa
ecuestre. Había también una especie de patrona de manantiales y fuentes a la que los galos,
denominaban Sirona. Los celtas le daban un valor mágico y simbólico a todo lo relacionado
con su entorno, es decir, la naturaleza, como: las montañas, los bosques, simbolismo vegetal,
simbolismo animal. Se le conocen bastante "deidades sanguinarias", gigantes y héroes.