Dios de la medicina por excelencia, aunque para los mayas el protector de esta disciplina era
Itzamná, uno de los diose principales, a la vez que señor de los cielos, del día y la noche.
Si bien numerosos dioses mayas tenían poderes curativos o podían ayudar a los seres humanos a
tener una mejor calidad de vida o incluso apartarles de una muerte casi segura, Ahan Chamahez
es el curandero o sanador más destacado.
Se cuenta que vivía rodeado de los espíritus de las plantas y los animales de cuya energía vital
se servía para obrar la curación de los enfermos que acudían a él.
Para realizar sus curaciones, Ahan Chamahez recurría a cantos ceremoniales y danzas. A través de
esta forma ritual, que recuerda mucho a la utilizada todavía hoy por los chamanes amerindios,
captaba la energía medicinal de su entorno y la hacía llegar a los curanderos o médicos que se
convertían en mediadores entre el dios y el enfermo.
Dios del sol. Se le representa como un viejo de ojos cuadrados.
Dios maya de la guerra.
Ligado con la vegetación y con un alimento primordial entre los mayas y otras culturas precolombinas es el joven dios del maíz, Ah Mun, en frecuente lidia con el dios de la muerte, Ah Puch, señor del noveno infierno. Se le representa como un joven que lleva una mazorca de maíz.
Dios de las abejas y la miel.
Deidad malévola que presidía en el Xibalbá o inframundo junto con su consorte. Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos, uno sobre otro, de los cuales la tierra era la capa más baja. Sobre cada cielo presidían 13 dioses, llamados oxlahuntikú. Bajo la tierra habían otros nueve cielos, también en capas, sobre los que presidían los bolontikú. El último de estos cielos era el Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, dios de la muerte, sus compañeros son el perro, el ave mohán y la lechuza, considerados como criaturas de mal agüero y de muerte. Aparece representado con el cuerpo de un esqueleto y la cabeza de un jaguar, con adornos de cascabeles o campanas, que son alusiones a su existencia. Ya sea mostrando las costillas o la columna vertebral, su cuerpo siempre es evidenciado con signos de descomposición putrefacta o cadavérica. Su nombre, al igual que el de Itzamná, de quien Ah Puch es la antítesis, se escribe también a través de dos jeroglíficos, constituyendo entre ambos los dos únicos nombres dentro del panteón maya con esta característica inequívoca que denota suprema jerarquía. En el caso de Ah Puch se utilizan el símbolo de una calavera con los ojos cerrados y el de un cuchillo de pedernal, empleado para sacrificios. (leer más en DIOS A).
Diosa maya de la fecundidad.
Bolon Tzacab es uno de los dioses más importantes de los dirigentes mayas. En la época clásica fungía este dios como dios del cetro. Se reconoce en que una de sus piernas se transforma en serpiente. AdemÁs, su frente se representa como espejo, en el cual figura el hacha humeante. K’awil significa "personificación" Bolon Tz’akab significa "9 generaciones". El dios K’awil personifica la unión de la elite maya al poder de la adivinación. El dios K’awil del clásico tardío se reconoce por su gran nariz. También es visto como el dios de la fertilidad.
Los mayas tienen varios dioses zoomorfos. El dios animal más importante era el jaguar. Chaak Balam significa "jaguar grande". A veces es decorado con un nenúfar, ya que los jaguares generalmente se entretienen donde hay agua. Al jaguar se le teme de la misma manera que se le venera. Este animal poderoso y elegante servía desde tiempos primitivos como símbolo del poder. Al rey maya mayormente se le observaba sobre un trono-jaguar de dos cabezas. Además, los Mayas asocian al jaguar con el sol del inframundo. Los Olmecas consideraban que su pueblo procedía de la unión de una mujer humana con un jaguar.
En el códice de Dresden y otros códices el dios A se representa como una figura con las
vértebras expuestas y semblante cadavérico con las marcas de la corrupción en su cuerno, y
mostrando todos los signos de mortalidad. Sobre su cabeza tiene un símbolo-caracol, el signo
azteca del nacimiento, quizá para tipificar la conexión entre nacimiento y muerte. También
lleva un par de huesos cruzados. El jeroglífico que acompaña a esta figura representa
la cabeza de un cadáver con los ojos cerrados, una calavera y un cuchillo de sacrificio. Su
símbolo es para el día Cimi del calendario, que significa muerte. Preside sobre el Oeste,
el hogar de la muerte, la región hacia la que invariablemente se dirige con la puesta del
sol. No hay ninguna duda de que es el dios-muerte, pero desconocemos su nombre. Probablemente
sea idéntico al dios azteca de la muerte y el infierno, Mictlan, y quizá uno de los
Señores de la Muerte y el Infierno que invita a sus héroes al juego de pelota celebrado en
el Kiche Popol Vuh, y retiene a sus prisioneros en su tenebroso reino.
Códice Dresden, página 13 b1.
"Dios de la lluvia o los elementos". El dios B es la deidad que más frecuentemente aparece en los manuscritos.
Tiene una nariz larga y truncada, como la de un tapir, y encontramos en él todos
y cada uno de los signos de un dios de los elementos. El adorno que lleva en la cabeza es por lo general una faja anudada,
y el jeroglífico de su nombre tiene un ojo en el códice Tro-Cortesiano toma decididamente la forma de
una letra T. Camina sobre el agua, maneja antorchas ardientes y se sienta en el árbol cruciforme de los cuatro
vientos que con tanta frecuencia aparece en los mitos americanos. Suele aparecer multiplicado en "chacs",
divinidades que producen la lluvia vaciando sus calabazas y arrojando hachas de piedra. Las uo (ranas) son sus acompañantes
y actúan como anunciadoras de la lluvia. Evidentemente es un dios-cultivo o héroe, puesto
que se le ve plantando maíz, llevando herramientas y continuando un viaje, hecho que establece
su conexión solar. Era el dios de mayor ascendiente popular, por extensión dios de la fertilidad y de la agricultura también.
No era un solo dios, son uno de los cuatro dioses de los puntos cardinales que a su vez tenían un color particular,
que los diferenciaba.
- El Chaac del Este, se llamaba Chac Xib Chaac que quería decir : El Hombre de Rojo.
- El Chaac del Norte, se llamaba Sac Xib Chaac y significaba el Hombre de Blanco.
- El Chaac del Oeste se llamaba Ek Xib Chaac , significando el Hombre de Negro.
- El Chaac del Sur se llamaba Kan Xib Chaac y significaba el Hombre de Amarillo.
De hecho, él es Kukulcan o Quetzalcoatl, y al examinarlo sentimos
que al menos no hay duda en lo que concierne a su identidad.
Códice Dresden, páginas 41 a2 y 42 a1.
En relación con el dios C, falta información pero evidentemente es una deidad astronómica o
dios de la Estrella Polar, puesto que en uno de los códices está rodeado por signos planetarios y
lleva un nimbo de rayos.
Códice Dresden, página 13 b3.
El dios D es casi con seguridad un dios-Luna. Se representa como un anciano con las mejillas
hundidas y la frente arrugada, sobre la que cuelga el signo de la noche. Su jeroglífico está
rodeado por puntos que representan un cielo estrellado, y es seguido por el número
20, para mostrar la duración de la Luna. Como la mayoría de las deidades lunares, está conectado
con el nacimiento, pues ocasionalmente lleva un caracol, símbolo del parto, sobre
su cabeza. Es posible que sea ltzamna, uno de los más grandes dioses mayas, que era visto
como el donante de vida universal, y era probablemente de origen muy antiguo.
Códice Dresden, página 9 b.
El dios E es otra deidad a quien no hemos tenido dificultad en identificar. Tiene las hojas
de maíz como ropa de la cabeza. De hecho, su cabeza se ha desarrollado fuera de los dibujos
tradicionales de la hoja de maíz, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que es
un dios-maíz puro y simple, y paralelo al dios-maíz azteca Centeotl. Brinton llama a este
dios Ghanan, y Schellhas cree que puede ser idéntico a la deidad Yum Kaax, cuyo nombre significa
"Señor de los Campos Sagrados". Se puede observar un enorme parecido entre los dioses
F y A y se cree que este último recuerda la azteca Xipe, el dios del sacrificio humano.
Está adornado con las mismas líneas negras sobre la cara y el cuerpo, representando las heridas
de la muerte abiertas.
Buluc Chabtan o también Achuykaak; dios de la Guerra, Destrucción y de los Sacrificios Humanos, está caracterizado por una raya negra o punteada
que le cae sobre la mejilla y el ojo. Su jeroglífico es una cabeza de perfil, con dicha raya negra o punteada
sobre la mejilla. Se relaciona con el dios de la muerte, y su signo es el del día Manik. Aparece a veces en compañía de Ah Puch
en escenas de sacrificios humanos. También se le muestra incendiando chozas con una antorcha en una mano, mientras las derriba con una lanza con la otra.
Códice Dresden, página 5 b2.
En G podemos estar seguros de que hemos encontrado un dios-Sol por excelencia. Su jeroglífico
es la señal del Sol, kún o "Señor con rostro de sol". Pero debemos tener cuidado de no confundirlo con deidades
como Quetzalcoatl o Kukulcan. Él es, como el mejicano Totec, el mismo Sol, y no el Hombre
del Sol, el agente civilizador que abandona su brillante morada para habitar con el hombre
e introducirlo en las artes de la existencia culta. Una de las advocaciones del dios Itzarná, la deidad más
compleja del panteón maya. En su condición de gran jefe, solucionó todos los problemas de
los mayas e incluso distribuyó tierras entre los pueblos. Se le considera hijo de Hunab-Ku y esposo de Ix Asal o Ixchel
Él es en sí mismo la lumbrera, cuya única comida aceptable es la sangre humana, y que debe estar plenamente alimentado con esta
terrible comida o perecer, arrastrando al mundo de los hombres con él a un insondable abismo
de oscuridad. Por tanto, no debemos sorprendernos al ver al dios G llevando ocasionalmente
los símbolos de la muerte.
El dios H parece que tiene cierta relación con la serpiente, pero no está claro lo que puede ser, y no se puede hacer una identificación correcta.
I es una diosa-agua, una anciana con el cuerpo moreno y arrugado y los pies como garras y
con una horrible serpiente enroscada en un nudo, para representar a la naturaleza serpeante
del agua. En sus manos tiene un puchero de barro del que mana agua. No podemos decir que se
parezca a la diosa-agua mejicana Chalchi-huit-licue, esposa de Tlaloc, que era desde muchos
puntos de vista una deidad de carácter benéfico. La diosa I parece una personificación del
agua en su más espantoso aspecto de inundaciones y chorros de agua, como inevitablemente
debe haber parecido a los habitantes de las regiones más tórridas de América Central, y el
hecho de que ocasionalmente lleve los huesos cruzados del dios-muerte, hace que haya sido
vista como un agente de la muerte.
Códice Dresden, páginas 22-b2.
El dios K es científicamente conocido como "el dios de la nariz adornada", y probablemente
está estrechamente relacionado con el dios B. En lo que concierne a él no hay dos autoridades
completamente de acuerdo. Algunas lo ven como un dios-tormenta, cuya trompa, como la de
Kukulcan, intenta representar el estallido de la tempestad. Pero observamos ciertos signos
estelares en conexión con K, que podrían probar que de hecho es uno del grupo Quetzalcoatl.
Sus características se van a encontrar constantemente en los pánicos y las esquinas de las
ruinas de los santuarios de América Central, y ha llevado a muchos "anticuarios" a creer en
la existencia de un dios con la cabeza de elefante, por cuanto su hocico a un tronco es
simplemente una chimenea a través de la que emitía un ventarrón sobre sus dominios: como
muestra un cuidadoso estudio de las pinturas el viento se representa como saliendo del hocico
en cuestión. Al mismo tiempo, el hocico se puede haber modelado copiando del tapir.
"Si el dios-lluvia Chac se distingue en el manuscrito maya por una nariz peculiarmente larga,
curvada sobre la boca, y si en las otras formas del dios-lluvia al que, según parece,
pertenece el nombre de Balon Zacab la nariz se ensancha y expele, creo que el tapir que fue
utilizado de igual forma con Choc, el dios-lluvia maya, proporcionó el modelo", dice el
doctor Sela. Entonces. ¿es K el mismo que Chac? Chac posee todos los signos de afinidad con
el dios-lluvia mejicano Tlaloc, cuya cara surgió de los anillos de dos serpientes, y también
algún parecido con las características del hocico de E y K. Pero de nuevo las pinturas
mejicanas del Quetzalcoatl no son todas como las de Tlaloc, por lo que puede no haber afinidad
entre Tlaloc y K. Por tanto, si el mejicano Tlaloc y el maya Chac son idénticos, y
Tlaloc difiere de Quetzalcoatl, quien en cambio es idéntico a B y K, está claro que Chac no
tiene nada que ver con K.
Códice Dresden, página 26c.
Al dios L el doctor Schellhas lo designó como "El Viejo Dios Negro", por el hecho de que se le retrata como un anciano de rostro hundido y desdentadas encías: la parte superior de sus facciones, y a veces la inferior, la llevaba cubierta de pintura negra. Está representado únicamente en el manuscrito de Dresden. El profesor Cyrus Thomas, de Nueva York, piensa que es el dios Ekchuah, pintado tradicionalmente de negro, pero Schellhas asigna esta descripción al dios M. La teoría más probable es la de Förstemann, que ve en L al dios Votan, que es idéntico al dios azteca de la tierra, Tepeyollotl. Ambas deidades tienen rasgos similares y el color oscuro quizá simbolice los lugares subterráneos donde se supone que habitan.
El dios M es un verdadero dios negro con los labios rojizos. Lleva en la cabeza un paquete
atado con cuerdas que recuerda a las cargas que llevaba la clase porteadora de los mayas, y
se encuentra en violenta oposición con E, el enemigo de todo aquel que escarba entre los
desechos ajenos. Un dios que responde a esta descripción se ha transmitido tradicionalmente
bajo el nombre de Ekchuah o Ek’Chuak y su negrura probablemente simboliza el color oscuro o la piel
bronceada de la clase porteadora entre los nativos de Centroamérica que están constantemente
expuestos al sol. Parece que iría paralelo al azteca Yacatecutli, dios de los mercaderes
y de la gente viajera.
Códice Dresden, página 16 b1.
Se creía que eran uno y cuatro a la vez, cada uno sosteniendo una esquina del cosmos, razón por la que
frecuentemente se muestran con los brazos en alto, en actitud de cargar. Sus rasgos son las de un viejo
desdentado con el rostro arrugado y el cabello envuelto en una red. En ocasiones sostiene una planta de
lirio acuático o la flor de ésta puede aparecer como parte de su tocado. También se le representó con un
caparazón de tortuga en la espalda, y su nombre en los códices, además del número 4, incluye un signo que
representa a esa concha.
Puede emerger de una flor o, lo que es más común, de una concha de caracol. Reside en el cielo, la tierra y
el inframundo, es decir, sostiene tanto la bóveda celeste como la superficie de la tierra. Es de naturaleza
pétrea, por eso en muchas imágenes del Clásico porta en el cuerpo elementos del glifo tun (piedra). Este
signo es un reforzador fonético, que junto con el prefijo en forma de red (pa) y el afijo wah (tamal),
que en los códices aparece como parte de su tocado, forman la palabra Pawahtún.
Su cabeza se utilizó para representar el número 5 (jo) y se cree que era la deidad que presidía los cinco
días nefastos o sin nombre (wayeb’) del calendario solar. Se le ha identificado con el dios Mam (Abuelo) de
las tierras altas de Guatemala y con los cuatro B’acab’ (El Primero de la Tierra) de los yucatecos. Era
ademÁs patrono de escribas y pintores.
La diosa O se representada como una anciana ocupada en el hilado, y probablemente es una diosa de virtudes domésticas, la tutelar de las mujeres casadas.
El dios P se muestra con el cuerpo y las aletas de una rana sobre una base azul que, evidentemente, intenta representar el agua. Como todos los otros dioses-ranas, él es, por supuesto, una deidad de agua, probablemente en su significado agrícola. Lo encontramos sembrando semillas y haciendo surcos, y si recordamos el importante papel que representan los dioses-rana en la agricultura de Anahuac no tendremos dificultades en clasificarlo con ellos. Seler asegura su identidad con Kukulcan, pero, salvo la circunstancia de ser un dios-lluvia, no hay ninguna razón para establecer la identidad. Tiene el signo-año sobre su cabeza, probablemente con una referencia estacional.
H’obnil es el dirigente del inframundo. Su nombre significa "muerte repentina". Se reconoce por el color negro con el que se pinta su cuerpo y su sombrero en forma de lechuza.
"Un solo dios". Deidad principal en el panteón maya, la cual no podía ser representada físicamente porque era incorpórea. De éste decían que procedían todas las cosas y como era incorpóreo no lo adoraban, sin embargo estaba presente en todo, como dador de la medida y el movimiento. Se ubica como la Unidad en el centro del calendario Maya y los contrastes del símbolo evocan eras de oscuridad dando paso a los tiempos de luz. Hunab Ku representa la eterna batalla entre la ignorancia y la conciencia, de la cual el espíritu humano emerge y florece.
Hunhau: Dios maya de la muerte.
Deidad maya, representada como un monstruo celeste: especie de cocodrilo o serpiente bicéfala. Originalmente dios del firmamento por lo tanto, era el señor de los cielos, de la noche y del día, a la vez que mantenía relaciones con la luna y el sol, la lluvia, la agricultura, el maíz, la medicina, la adivinación, las pléyades y Venus. Con el tiempo llegó a ser el dios de la sabiduría, pues se le atribuyó el haber inventado la escritura jeroglífica y la hechura de códices. Se le creía hijo de Hunab-Ku. En los códices Itzam-ná aparece como un anciano sin dientes, carrillos hundidos, nariz aguileña y algunas veces barbado. Posiblemente también se manifestaba como Ahau o Kin Ich Kakmo, dios del sol.
Diosa maya lunar, compañera del sol, esposa de Itzamná y por lo tanto, deidad creadora. Su influencia se manifestaba en las mareas, las lluvias que producían inundaciones, en la menstruación y en ciertas enfermedades. Por ello era patrona de la fecundidad, la preñéz, el nacimiento de los niños, la medicina, la adivinación y el tejido. Se presentaba como una anciana vaciando su cántaro sobre la tierra o también como una anciana tejiendo un telar de cintura rodeada por símbolos de destrucción y muerte: una serpiente en la cabeza y huesos cruzados en su falda. Fue la protectora de las parturientas y la inventora del Arte del Tejido.
Diosa maya de los suicidas, protegiéndoles "post mortem" con especial predilección por los que se ahorcaban.
La designación por la que los mayas conocían a Quetzalcoatl era Kukulcan, que significa "serpiente emplumada" y representaba al dios del viento, y se traduce exactamente por su nombre mejicano, traído del Altiplano Central por putunes, itáes y toltecas. En Guatemala se llama Gucumatz, palabra idéntica en Kiche con sus otras apelaciones nativas. Pero el Kukulcan de los mayas parece ser diferente del Quetzalcoatl en muchos de sus atributos. La diferencia en el clima probablemente explicaría muchos de ellos. En Méjico, Quetzalcoatl, como se ha visto, no solo era el Hombre del Sol, sino el original dios-Sol del país. El Kukulcan de los mayas tiene más los atributos de un diosútrueno. En el clima tropical de Yucatán y Guatemala al mediodía el Sol aparece dibujando la nubes de su alrededor con formas serpeantes. De éstas emanan el trueno y la luz y la fertilizante lluvia, por lo que Kukulcan parecería haber atraído a los mayas más como un dios del cielo que manejaba a los mayas que como un dios de la propia atmósfera, como Quetzalcoatl, a pesar de que muchas de las estelas de Yucatán representan a Kukulcan como es pintado en Méjico, con el aire saliendo de su boca.
Lahun P’et significa "diez sacrificios". Es el dios de los sacrificios humanos. La decoración de su oreja es una cola de jaguar. Los puntos dibujados en su cuerpo representan la piel desollada de un prisionero, la cual se sobrepuso. Él es la contraparte del dios azteca Xipe Totec.
El dios del maíz pertenece a los dioses mayas más venerados. De su misericordia depende el bienestar de
la gente. El maíz es la planta más importante para los mayas. El Popol Vuh, la "biblia maya", relata
como la gente maya se creó del maíz.
El nombre del dios del maíz era Naal y Hunal-Yeh, que significan "retoño del maíz" y "encarnación del
primer retoño del maíz". El dios del maíz es, en ocasiones, señalado erróneamente como Yuum K’aax. Sin
embargo, este nombre no se usaba para designar al dios del maíz (ni a ningún otro dios). La expresión
yumil k’axob "soberanos de los montes boscosos" se refiere a espíritus protectores de las montañas,
lo que no tiene nada que ver con el dios del maíz. La confusión comenzó con Sylvanus Morley, quien no
conocía el nombre del dios del maíz, y en su libro "The Ancient Maya" mencionó por primera vez a un
Yum Kax. Desde entonces, este error se ha vuelto a copiar una y otra vez.
El dios del maíz se le reconoce por su tocado en forma de un retoño de maíz. Como dios numeral, el dios
del maíz representa al numero ocho.
Xaman Ek’ es el dios de los viajeros. Se reconoce por su cara de mono. Seguramente representa al mono aullador, que los Mayas consideraban sagrado. Xaman Ek’ significa "estrella del norte". Como estrella polar, orienta por las noches a los viajeros. El glifo del nombre también se lee: k’ul, que significa "sagrado" y "divino". Muchas veces se usa este glifo como atributo de los nombres de otros dioses. Xaman Ek’ es un dios del cielo. En los códices mayas siempre es mostrado en el cielo, nunca sobre la tierra. El mono aullador, igualmente, siempre permanece en las copas de los árboles de la selva tropical y nunca se baja al suelo.
Es el dios del maíz y señor de los bosques, se representaba siempre como un joven, algunas veces con una mazorca de maíz en la cabeza o sosteniendo una vasija con tres mazorcas.
Zak Kolel quiere decir "doncella". Ella es la diosa del amor. Se le reconoce por el cabello largo y suelto sobre su cuerpo desnudo. En el Códice de Dresden los artistas mayas la mostraban frecuentemente en escenas de amor con otros dioses mayas. Ella también representa a la luna creciente. Así como crece la luna, también crece el vientre de la mujer embarazada. La joven diosa de la luna asimismo es la diosa de la medicina. En los códices aparece muchas veces con diversas aves, las cuales predecían las enfermedades.
Diosa maya de la pureza.
Una figura siniestra, el príncipe de las legiones mayas de la oscuridad, es el dios-murciélago Zotzilaha Chimalman, que habita en la "casa de los murciélagos", una caverna horripilante en el camino hacia las moradas de la oscuridad y la muerte. Indudablemente, es una reliquia de cueva-adoración pura y simple. "Los mayas", dice un viejo cronista, "tienen un excesivo miedo a la muerte, a la que parece que han asignado una figura peculiarmente repulsiva". Encontraremos alusiones a esta deidad en el Popol Vuh, bajo el nombre de Camazotz, en estrecha proximidad a los Señores de la Muerte y el Infierno, intentando obstruir el viaje de los dioses-héroes a través de los sombríos reinos. Generalmente se encuentran en relieves de Copán y un clan maya, los Ah-zotzils, fue llamado por su nombre. Eran de origen Kakchiquel y él fue probablemente su tótem.