La cristiandad, los hebreos y las Tradiciones iniciaticas tienen reservado al arcángel Miguel,
(cuyo nombre quiere decir Mi-Kha-El, en hebreo Mija-EL: "Quién como Dios") desde tiempos antiguos, un
papel y un enfermo detalle, siempre considerándolo presente en la lucha que se combate y se
combatirá como individuos y como colectivo, hasta al final de los tiempos, contra las fuerzas
del mal. Es el guardián de la fe y protector contra el mal.
Es uno de los siete arcángeles, en el judaísmo, el cristianismo, y el islam, figura como el
jefe de los ángeles y el ángel guardián de Israel y está entre los cuatro cuyos nombres
aparecen en la Biblia, el arcángel por excelencia. Su culto es muy difuso a nivel popular:
muchísimo son las localidades en Europa, como Alemania, que han elegido a Miguel como santo
patrón, innumerables son las representaciones artísticas, las iglesias, a menudo l´Arcangel
es representado sobre las agujas de los campanarios, cuál guarda de las Iglesias contra el
mal, dedica a él y a las oraciones oficiales y populares que lo invocan. Son muy numerosos
los santuarios y ermitas dedicados al santo ángel en todo el mundo cristiano.
En Constantinopla tenía un templo dedicado a su nombre y era también muy famoso el Mikaelion
de Sostenión, imponente santuario; según tradición, Miguel había curado milagrosamente
al emperador Constantino.
El emperador Costantino a partir del 313 le tributó un culto intenso. Carlomagno, por otra
parte, le dedicó el Sagrado Romano Imperio, imitado luego de los soberanos franceses que,
hasta Luigi XIII, le dedicaron su reino. Raro y misteriosa es la línea recta que se enlaza
entre los principales lugares de culto dedicados a Miguel, todos erguidos sobre los restos
de antiguos templos paganos, en lugares dónde de algún modo se ha manifestado su presencia.
Tal línea, trazada partiendo del Monte Carmelo, Palestina, para acabar sobre el Monte de
San Miguel, Inglaterra sur oriental, pasa sobre Delos, Delphi, Monte Sant'Angelo (Gargano),
Sagrada de San Miguel, Valsusa y Mont Saint Michel, Francia Norte oriental, imponiéndose a
la atención de los estudiosos de esoterismo.
En la tradición hebrea es símbolo de la protección divina sobre el pueblo de Israel ("ángel
protector de Israel"-Daniel 10, 13 y 21; y 12, 1).
En el Kabbalah o Cábala (Los frutos del árbol de la vida de Aivanhov), San Miguel es asociado
desde hace mucho con el fuego solar, al arcángel MiKhael sostenidor de la sephira
Tiphereth que es la sefira central del árbol de la Vida (Árbol sefirótico o Árbol cabalístico).
Tiphereth es la esfera del Idealismo, de la Conciencia Superior. Yace en el corazón del
Árbol de la Vida: el Sol, oro, el plexo solar...Tiphereth significa Belleza.
Orden del Ángel: Malachim, Arcángel: Miguel.
"El Árbol sefirótico, el Árbol cabalístico de la Vida es un imagen del universo que Dios
habita e impregna con su esencia una representación simbólica de la vida divina que circula
a través de toda la creación. Ahí tenéis un sistema que os impedirá dispersaros en vuestra
actividad espiritual. Si trabajáis durante años sobre este Árbol sefirótico, sobre el Árbol
cabalístico, si lo estudiáis, saborearéis sus frutos, introduciréis en vosotros el equilibrio
y la armonía de la vida cósmica". "El Árbol de la Vida" es un esquema simbólico que
resume toda la ciencia iniciática, las doctrinas de todos los Iniciados. Puede ser comparado
con un grano, con una semilla: plantadla, y aparecerá ante vosotros toda la creación con
una multitud de criaturas. Este esquema puede convertirse en un instrumento mágico, un tentáculo
de los más poderosos. Todo está ahí, todos los principios, todos los elementos, todos los
factores con los cuales el Señor ha creado el mundo. Tenéis aquí un sistema que os
ayudará a no dispersaros en vuestro trabajo espiritual. Si lo trabajáis durante años,
introduciréis en vosotros mismos un orden, un equilibrio; que os reforzará y armonizará.
Cuando dispongáis de un poco de tiempo, reflexionad sobre el Árbol de la Vida, elegid una
sefira concentraos en él e intentad desarrollar las cualidades y las energías que contiene.
Tanto si tenéis necesidad de luz, de amor, como de fuerza, de protección, de generosidad,
de justicia o de vida... recurrid al Árbol de la Vida: está ahí a disposición de los hijos
e hijas de Dios que necesitan alimentarse de la vida divina.
En las iconografías orientales y occidentales, Miguel es representado en dos papeles particulares:
Como un Arcángel combatiente, con la espada de fuego o la lanza en la mano, revestida por
coraza, escudo, de pelo rubio, de ojos azules, guapísimo y fúlgido de luz, vencedor contra
el Mal. Es frecuente, también, que aparezca con la cabeza cortada del dragón en la mano,
todo un símbolo de lucha, y de la victoria sobre el mal. Papel evidenciado en el Libro de
Daniel y en el apocalipsis, en el volume Comentarios del Apocalipsis; y también como un
Arcángel que lleva en mano una balanza para pesar las almas, ya que bajo su responsabilidad
se hallan las almas de los difuntos y él es quien las "pesará" el día del Juicio Final, una
tradición que nos acerca al Hermes griego o al Anubis egipcio. Existen muchos cementerios
y osarios que le son dedicados a Miguel como defensor de los moribundos.
Su figura aparece en las primeras páginas de la Biblia como guarda de la puerta del Paraíso
Terrenal.
En el antiguo Testamento es mencionado en particular en el libro de Daniel, 10,13.21; 12,1,
es indicado como el jefe o cabeza de la milicia celestial que defiende el orden. Este papel
recuerda la tarea de los avatares que le es indicada en los Purana los que periódicamente
descienden sobre la tierra para restablecer el dharma, el orden cósmico puesto en crisis de
las fuerzas disgregantes.
En el Nuevo Testamento, S. Miguel Arcángel es presentado como adversario del Dragón, vencedor
de la última batalla contra el dragón y sus partidarios. La descripción de la batalla y
su victoria es contenida en el apocalipsis. También en este, la imagen del caballero
recuerda la descripción del avatar esperado en esta época (kalki) según la tradición hindú.
"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran Príncipe que está del lado de los hijos de tu
pueblo. Será tiempo de angustia, como nunca fue, desde que existen las naciones hasta
entonces. Pero en aquel tiempo tu pueblo Será liberado, todos aquellos que se encuentren
inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror. Los entendidos resplandecerán
con el resplandor del firmamento; y los que enseñan justicia a la multitud, como las estrellas,
por toda la eternidad. Pero Tú, oh Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta
el tiempo del fin. Muchos Correrán de un lado para otro, y se incrementará el conocimiento"
(Daniel Cap.12).
"Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el Dragón. Y
el Dragón y sus ángeles pelearon, 8 pero no prevalecieron, ni fue hallado Más el lugar de
ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua que se llama diablo
y Satanás, el cual engaña a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron
arrojados junto con él" (Apocalipsis).
"Ví luego un ángel que bajó del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en mano.
Agarró al dragón, la serpiente - es decir el diablo - y lo encadenó por mil años; lo echó
en el abismo y selló la puerta, para que ya no sedujera las naciones, hasta el cumplimiento
de los mil años" (Apocalipsis).
La acción del arcángel Miguel aparece extraordinario en los textos sagrados.
En esta época, en efecto, un detalle grandioso es desarrollado por el arcángel Miguel según
Deunov y Aïvanhov..."Las fuerzas presididas por el arcángel Miguel son fuerzas de equilibrio,
de justicia, por lo tanto de discernimiento entre lo bueno y lo malo en vista de liberar
lo que es bien y de transformar lo que es mal. Pero el bien y el mal están tan estrechamente
unidos que no se pueden separar prematuramente sin provocar laceraciones.
El arte de separar "los opuestos" es el más difícil que hay; y está en la naturaleza que
los Iniciado se han instruido en este arte. No es fácil separar la nuez de su ruezno, pero
la naturaleza sabe cómo hacerlo: ella deja madurar el fruto, el ruezno se abre solo y la
nuez se libra. Esta separación es el símbolo de la madurez. ¿Os acordáis de la parábola del
Evangelio sobre la cizaña y sobre el buen trigo? El tiempo de la siega es aquel en que los
frutos están maduros.
Necesita por lo tanto esperar aquel momento para separar el mal del bien, y tal separación
será obrada por el arcángel Miguel. Solo el arcángel Miguel es capaz de vencer esta egregora.
Con la ayuda de su ejército. He aquí porque tenemos que conectarnos al arcángel Miguel,
pedirle su protección y la posibilidad de obrar con él para aumentar su victoria.
La luz triunfará sobre las tinieblas: ha sido predicho y así será. ¿Por qué no participar
en este acontecimiento?. Los hijos de Dios que serán inscritos en el número de los que habrán
participado en el combate del arcángel Miguel, el Genio del Sol, esta potencia de Dios
entre las más luminosas, recibirá el beso del ángel del fuego. Tal beso no quemará pero los
iluminará. (Aivanhov).
Es interesante notar que también Rudolf Steiner en numerosas conferencias se detiene sobre
el nuevo ciclo espiritual, sobre la nueva era micaelica, es decir sobre la misión de Miguel
afirmando que en este ciclo le corresponde a Miguel enseñarle concretamente al hombre el
camino para alcanzar a Cristo: "Los verdaderos pensadores son los que sirven a Miguel, los
que lo consideran como el regidor del pensamiento cósmico. Miguel en efecto libera los
pensamientos del yugo del cerebro y le abre el mundo del corazón.... En él la imagen del mundo
se vuelve revelación, llena de sabiduría que desvela el intelecto del mundo cuál divina acción
universal. En esta acción universal, vive la rapidez del Cristo por la humanidad; a
través de la revelación universal de Miguel, tal rapidez puede revelarse así al corazón de
los hombres".
También los textos sagrados de la India contienen indicaciones significativas sobre la época
en el que vivimos denominado "Kali yuga" o bien edad del hierro, para evidenciar que en
esta época la humanidad ha alcanzado un punto peligroso de alejamiento del Cielo, de la
espiritualidad; según estos textos sagrados después de la edad del hierro, se habría realizado
una nueva edad, la del oro gracias a la intervención de un gran ser que tendrá que descender
sobre la tierra ayudada por otros discípulos, Kalki avatar. Por una visión total del
papel de los Arcángeles y el sentido de las fiestas cardenal (cap. XVII en Los Frutos del
Árbol de la Vida).
Rudolf Steiner (1861-1925), filósofo austriaco que fundó la sociedad Antroposófica, creía
que Miguel había sido ascendido a arcángel y con extensa experiendia, se le permitió colocar
todos sus esfuerzos en ayudar a la humanidad como un todo.
A Miguel se le acredita haber detenido a Abraham en el momento en que se disponía sacrificar
a su hijo Isaac (Gen. 22:10). Se cree que fue él, quien se le apareció a Moisés en el
bosque incandescente (Exod. 3:2) y rescató a Daniel de la cueva de los leones ((Dan. 6:22).
También se cree que fue visto por Juana de Arco.
Su fiesta, junto con los arcángeles Gabriel y Rafael, es celebrado por los Anglicanos y
Católicos el 29 de septiembre y en las iglesias griegas, armenias, rusas y cópticas el 8 de
noviembre.
Es el arcángel que se encuentra sentado a la izquierda del Trono de Dios, y es conocido también
como el el Ángel del Juicio Final.
Representa: el amor.
Elemento: el fuego.
Dirección: el sur.
Color: rojo.
Estación: otoño.
Signos zodiacales: aries, leo y sagitario.
Su celebración es el 29 de Septiembre.
"San Miguel Arcángel, protégenos en la lucha,
sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas
del demonio. Que Dios humille su soberbia.
Y tú Príncipe de la Milicia Celeste arroja al
infierno a Satanás y demás espíritus malignos
que vagan por el mundo para perdición de
las almas.
Amén".