VERS. 1: Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo en la
tierra; y le fue dada la llave del pozo del abismo.
La QUINTA trompeta.- Para interpretar esta trompeta recurriremos nuevamente a los escritos
de Alejandro Keith. Dice el nombrado escritor:
"Apenas si habrá alguna parte del Apocalipsis acerca de la cual estén los intérpretes tan
uniformemente de acuerdo como acerca de la aplicación que dan a la quinta trompeta y la
sexta, o primer ‘ay’ y segundo ‘ay’ a saber, a los sarracenos y los turcos. Su significado
es tan obvio que es casi imposible interpretar erróneamente la profecÍa. En vez de ser expuesto
cada caso por uno o dos versículos, todo el capítulo 9 del Apocalipsis se divide en
partes iguales dedicadas a la descripción de ambos.
"El Imperio Romano decayó, como se había levantado, por conquistas; pero los sarracenos y
los turcos fueron los instrumentos por medio de los cuales una religión falsa llegó a ser
el azote de una iglesia apóstata; de ahí que la quinta trompeta y la sexta, en vez de ser
llamadas por ese solo nombre como las anteriores, son denominadas aves…"
"Por primera vez después deja extinción del Imperio Occidental, Constantinopla fué sitiada
por Cósroes [II], rey de Persia".
El profeta dijo: "Vi una estrella que cayó del cielo en la tierra; y le fue dada la llave
del pozo del abismo".
El historiador dice acerca de aquel tiempo:
"Mientras que el monarca persa, Cósroes II, contemplaba las maravillas de su arte y poder,
recibió de cierto obscuro ciudadano de la Meca una epístola que lo invitaba a reconocer a
Mahoma como el apóstol de Dios. Rechazó la invitación, y rompió la epístola. ‘Así -exclamó
el profeta árabe- desgarrara Dios el reino de Cósroes y rechazará sus súplicas’. Situado a
la vera de los dos grandes imperios del Oriente, Mahoma observaba con secreta alegría el
progreso de su mutua destrucción en medio de los triunfos persas, se atrevió a predecir que
antes que hubiesen transcurrido muchos años volvería la victoria a los estandartes romanos.
En el momento en que anunció esto, según lo que se cuenta, ninguna profecía podía parecer
más lejos de cumplirse, puesto que los primeros doce años de Heraclio parecían anunciar la
inminente disolución de su imperio".
Esta estrella no cayó sobre un solo punto, como la que representaba a Atila, sino que cayó
en la tierra. Las provincias que le quedaban al imperio en Asia y África fueron subyugadas
por Cósroes II, y "el Imperio Romano se vio reducido a las murallas de Constantinopla, con
un residuo en Grecia, Italia y África, y algunas ciudades marítimas, desde Tiro a Trebizonda,
en la costa asiática… La experiencia de seis años convenció finalmente al monarca
persa de que debía renunciar a la conquista de Constantinopla y especificar el tributo anual
o rescate que debóa pagar el Imperio Romano: mil talentos de oro, mil talentos de plata,
mil mantos de seda, mil caballos y mil vírgenes. Heraclio subscribió estas ignominiosas
condiciones: pero el tiempo y espacio que obtuvo para reunir estos tesoros de la pobreza
del Oriente lo dedicó laboriosamente a preparar un ataque audaz y desesperado". 3"El rey de
Persia había despreciado al obscuro sarraceno, y se había burlado del mensaje enviado por
el supuesto profeta de la Meca. Ni siquiera la caída del Imperio Romano habría abierto la
puerta al mahometismo, ni a los progresos de los sarracenos, armados propagadores de una
impostura, pues el monarca de los persas y el chagán de los ávares (sucesor de Atila) habían
dividido entre sí los restos del reino de los Césares. Cósroes mismo cayó. La monarquía
persa y la romana se agotaron la una a la otra. Y antes que fuese puesta una espada en
las manos del falso profeta, se la hizo caer de las manos de aquellos que podrían haber
detenido su carrera y aplastado por completo su poder".
4"Desde los días de Escipión y Aníbal, no se había intentado empresa más atrevida que la
lograda por Heraclio para la liberación del imperio… Recorrió, explorándolo, el peligroso
camino a través del mar Negro y las montañas de Armenia, penetró en el corazón de Persia, e
hizo congregar de nuevo los ejércitos del gran rey para la defensa de su país ensangrentado…
"En la batalla de Nínive, que se ri&3ntilde;ó fieramente desde el amanecer hasta la undécima
hora, 28 estandartes, además de los que pudieron romperse o desgarrarse, fueron arrebatados
a los persas; la mayor parte de su ejército fue destrozado, y los vencedores, ocultando sus
propias pérdidas, pasaron la noche sobre el campo… Las ciudades y los palacios de Asiria
fueron por primera vez abiertos para los romanos". 5"El emperador romano no fue fortalecido
por las conquistas que logró; y al mismo tiempo y por los mismos medios quedó preparado el
camino para las multitudes de sarracenos de Arabia que, como langostas de la misma región,
se volcaron rápidamente sobre el imperio persa y el romano, propagando en su recorrido el
obscuro y engañoso credo mahometano. No podría desearse una ilustración más completa de
este hecho, que la proporcionada en las palabras finales del capítulo [de Gibbon] del cual
provienen los extractos precedentes". 6"Aunque se había formado un ejército victorioso bajo
el estandarte de Heraclio, el esfuerzo poco natural parece haber agotado más bien que vigorizado
su fuerza. Mientras que el emperador triunfaba en Constantinopla o en Jerusalén, una
obscura ciudad de los confines de Siria fue saqueada por los sarracenos y éstos destrozaron
algunas tropas que avanzaban para aliviarla, suceso común y trivial si no hubiese sido el
preludio de una poderosa revolución. Estos ladrones eran los apóstoles de Mahoma; su valor
fanático había brotado del desierto; y durante los últimos ocho años de su reinado Heraclio
cedió a los árabes las mismas provincias que antes había rescatado de los persas&34;.
" ‘El espíritu de fraude y entusiasmo, cuya morada no está en los cielos’, se soltó sobre
la tierra. Sólo necesitaba el abismo una llave para abrirse, y esa llave fue la caída de
Cósroes. El había desgarrado despectivamente la carta de un obscuro ciudadano de la Meca.
Pero cuando desde su ‘resplandor de gloria&8217; se hundió en la ‘torre tenebrosa&@8217; que ningún
ojo podía penetrar, el nombre de Cósroes cayó repentinamente en el olvido frente al de Mahoma;
pues, al parecer, la salida del creciente no esperaba sino la caída de la estrella.
Cósroes, después de su completa derrota y la pérdida de su imperio, fue asesinado en el año
628; y el año 620 queda señalado por ‘la conquista de Arabia’, y ‘la primera guerra de los
mahometanos contra el Imperio Romano’. ‘Y el quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella
que cayó del cielo en la tierra; y le fue dada la llave del pozo del abismo. Y abrió
el pozo del abismo’. Cayó en la tierra. Cuando se hubo agotado la fuerza del Imperio Romano
y el gran rey del Oriente yacía muerto en su torre tenebrosa, el saqueo de una ciudad obscura
de los confines de Siria fue ‘el preludio de una poderosa revolución’. ‘Los ladrones
eran los apóstoles de Mahoma, y su valor fanático brotaba del desierto’ ".
El abismo.- La palabra griega abyssos, de la cual proviene la castellana "abismo", significa
"profundo, sin fondo", y puede aplicarse a cualquier lugar desierto, desolado e inculto. Se
aplica a la tierra en su estado original de caos. (Génesis 1:2.) En este caso puede referirse
apropiadamente a los desiertos desconocidos de Arabia, de cuyos confines salían las
hordas de sarracenos como mangas de langostas. La caída del rey persa Cósroes II puede
simbolizar perfectamente la apertura del abismo, puesto que preparó el camino para que los
discípulos de Mahoma pudieran salir de su obscuro país y propagar sus seductoras doctrinas
por el fuego y la espada hasta cubrir con sus tinieblas todo el Imperio Oriental.
VERS. 2: Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y
obscurecióse el sol y el aire por el humo del pozo.
"Como los vapores molestos y aun mortíferos que los vientos particularmente del sudoeste,
difunden en Arabia, el mahometismo propaló desde allí su influencia pestilencial. Se levantó
tan repentinamente y se difundió tan ampliamente como humo que saliese de un abismo,
como humo de un gran horno. Este símbolo era muy adecuado para representar la religión de
Mahoma por sí sola, o en comparación con la luz del Evangelio de Jesús. No era, como este
último, una luz del cielo, sino humo del abismo".9
VERS. 3: Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y fuéles dada potestad, como tienen
potestad los escorpiones de la tierra.
"Se estableció una falsa religión, que, aunque fue el azote de las transgresiones y la
idolatría, llenó el mundo de tinieblas y seducción; y enjambres de sarracenos, como langostas,
se extendieron por la tierra, y rápidamente difundieron sus estragos por el Imperio
Romano del este hasta el oeste. El granizo descendió de las heladas orillas del Báltico; la
montaña ardiente cayó sobre el mar desde el África; y las langostas (símbolo adecuado de
los árabes) salieron de Arabia, su tierra natal. Vinieron como seres destructores y, propagando
una doctrina nueva, incitaron a la rapiña y la violencia por motivos religiosos y de
interés".
"Puede darse una ilustración más específica del poder de escorpiones que habían recibido.
No sólo era su ataque veloz y vigoroso, sino que ‘la delicada sensibilidad del honor, que
pesa el insulto más bien que el daño, derrama su mortífero veneno sobre las disputas de los
árabes; una acción indecente, una palabra despectiva, pueden expiarse tan sólo por la sangre
del ofensor; y son tan inveterados en su paciencia, que aguardan meses enteros y aun
años la oportunidad de vengarse’ ".11
VERS. 4: Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa
verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en
sus frentes.
Después de la muerte de Mahoma le sucedió en el comando Abubéker en 632, y éste, tan pronto
como hubo establecido su autoridad y gobierno, reunió las tribus árabes para lanzarlas a la
conquista. Una vez congregado su ejército dio a sus jefes instrucciones acerca de los métodos
de conquista:
"Cuando peleéis las batallas del Señor, portaos varonilmente, sin dar la espalda; pero no
se manche vuestra victoria con la sangre de las mujeres ni de los niños. No destruyáis las
palmeras ni queméis los campos de cereal. No cortéis árboles frutales, ni hagáis daño al
ganado; matad sólo lo que necesitáis para comer. Cuando hacéis un pacto o convenio, cumplidlo
fielmente, y respetad siempre vuestra palabra. En vuestras correrías, encontraréis a
algunas personas religiosas que viven recluidas en monasterios, y se proponen servir así a
Dios; dejadlas en paz; no las matéis ni destruyóis sus monasterios; y hallarÉis otra clase
de personas que pertenecen a la sinagoga de Satanás, que tienen la coronilla afeitada; partidles
ciertamente el cráneo, y no les deis cuartel hasta que se hagan mahometanos o paguen
‘tributo’ ".
&@34;Ni en la profecía ni en la historia se nos dice que las recomendaciones más humanas fueran
obedecidas tan escrupulosamente como el feroz mandato; pero les fue ordenado hacerlo. Como
quiera que sea, las que preceden son las únicas instrucciones que registra Gibbon; y fueron
dadas por Abubéker a los jefes de todas las huestes sarracenas. Las órdenes son tan específicas
en su discriminación como la predicción. Es como si el califa mismo hubiese estado
actuando en obediencia directa a un mandato superior al de un hombre mortal. En el mismo
acto de salir a pelear contra la religión de Jesús y propagar el mahometismo en su lugar,
repitió las palabras que la Revelación de Jesucristo predecía que iba a pronunciar".13
El sello de Dios en sus frentes.- En las observaciones hechas con referencia a Apocalipsis
7:1-3, hemos demostrado que el sello de Dios es el sábado del cuarto mandamiento. La historia
no calla el hecho de que hubo a través de toda la era evangélica personas que observaron
el verdadero día de reposo. Pero lo que preguntan aquí, muchos, es: ¿ Quiénes eran esos
hombres que en ese tiempo tenían el sello de Dios en sus frentes, y por lo tanto iban a
quedar libres de la opresión mahometana ? Recuerde el lector un hecho al que se aludió ya,
a saber, que hubo en toda la era cristiana personas que tuvieron el sello de Dios en sus
frentes, es decir que observaron inteligentemente el verdadero día de reposo. Considere,
además, que lo aseverado por la profecía es que esta potencia asoladora, los sarracenos, no
se dirige contra los tales observadores del sábado, sino contra otra clase. La cuestión
queda así libre de toda dificultad, porque es todo lo que en realidad asevera la profecía.
Hay una clase de personas que resalta directamente, en este pasaje, a saber, los que no
tienen el sello de Dios en la frente. La preservación de los que tienen el sello de Dios se
presenta tan sólo por implicación. Por consiguiente, la historia no registra que algunos de
ellos fuesen afectados por alguna de las calamidades infligidas por los sarracenos a los
que resultaron blanco de su odio. Eran enviados contra otra clase de hombres. La destrucción
de esta clase no se pone en contraste con la preservación de otros hombres, sino tan
sólo con la de los frutales y las cosas verdes de la tierra; como si se les hubiese dicho:
No hagáis daño a la hierba, ni a los árboles ni a ninguna cosa verde, sino tan sólo a una
clase de hombres. En el cumplimiento, encontramos el extraño espectáculo de un ejército de
invasores que perdona las cosas que tales ejércitos destruyen generalmente: la faz de la
naturaleza y sus producciones. En obediencia al permiso que tenían de dañar a aquellos hombres
que no tenían el sello de Dios en sus frentes, partían el cráneo a cierta clase de
religiosos de coronilla afeitada, que pertenecían a la sinagoga de Satanás. Parece que se
trataba de monjes o de alguna otra orden de la iglesia católica romana.
VERS. 5: Y les fue dado que no los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su
tormento era como tormento de escorpión, cuando hiere al hombre.
"Sus constantes incursiones en territorio romano, y sus frecuentes asaltos contra Constantinopla
misma, eran un tormento incesante en todo el imperio al que no podían, sin embargo
subyugar, a pesar del largo período al cual se alude más tarde y durante el cual, por medio
de sus ataques incesantes, continuaron afligiendo gravemente a una iglesia idólatra de la
cual el papa era la cabeza… Tenían cargo de atormentar, luego dañar, pero no matar o destruir
completamente. Lo asombroso es que no lo hicieron". (Con referencia a los cinco meses
véase el comentario sobre el versículo 10.)
VERS. 6: Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte y no la hallarán; y desearán morir,
y la muerte huirá de ellos.
"Los hombres se cansaban de la vida, cuando ella les era perdonada tan sólo para que se
renovasen sus desgracias, cuando se violaba todo lo que consideraban sagrado y peligraba
constantemente lo que les era caro; y cuando los salvajes sarracenos los dominaban o les
dejaban solamente un momento de descanso siempre expuesto a ser interrumpido repentina o
violentamente, como por la picadura de un escorpión".
VERS.7: Y el parecer de las langostas era semejante a caballos aparejados para la guerra: y
sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro; y sus caras como caras de hombres.
"El caballo árabe va a la delantera en todo el mundo: y la habilidad del jinete es el arte
y ciencia de Arabia. Los barbudos árabes, veloces como langostas y armados como escorpiones
listos para arrancar al instante, estaban siempre preparados para la batalla.
‘Y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro’, Cuando Mahoma entró en Medina
(622) y por primera vez fue recibido como su príncipe, se desenvolvió un turbante delante
de él para suplir la falta de estandarte. Los turbantes de los sarracenos, como coronas,
eran su adorno y motivo de jactancia. El rico botín los mantenía abundantemente provistos
de ellos y los renovaba con frecuencia. Tomar el turbante significa proverbialmente hacerse
musulmán. Además, los árabes se distinguían antiguamente por las mitras que llevaban".16
‘Y sus caras como caras de hombres’… ‘La gravedad y firmeza’, de propósito [del árabe] se
nota en su exterior… su único ademán consiste en acariciarse la barba, símbolo venerable
de la virilidad… Es muy fácil herir el honor de sus barbas".17
VERS. 8: Y tenían cabellos como cabellos de mujeres: y sus dientes eran como dientes de
leones.
"Las mujeres consideran el cabello largo como un adorno. Los árabes, en contraste con otros
hombres, llevaban el cabello como las mujeres, es decir sin cortarlo, según Plinio y otros
anotan que era su costumbre. Pero no había nada afeminado en su carácter; porque, como para
denotar su ferocidad y fuerza para devorar, sus dientes eran como dientes de leones".
VERS. 9: Y tenían corazas como corazas de hierro; y el estruendo de sus alas, como el ruido
de carros que con muchos caballos corren a la batalla.
"La coraza se usaba entre los árabes en los días de Mahoma. En la batalla de Ohud (la segunda
que peleó Mahoma) contra los coreítas de la Meca (624), ‘700 de ellos estaban armados
de corazas’ ".
"La carga de los árabes no era, como la de los griegos y romanos, es esfuerzo de una infantería
firme y compacta. Su fuerza militar se componía mayormente de caballería y arqueros.
Al toque de la mano, los caballos árabes arrancan con la velocidad del viento. El estruendo
de sus alas, como el ruido de carros que con muchos caballos corren a la batalla. Sus conquistas
fueron maravillosas tanto por su rapidez como por su extensión, y su ataque era
instantáneo. No tuvo menos éxito contra los romanos que contra los persas".20
VERS. 10, 11: Y tenían colas semejantes a las de los escorpiones, y tenían en sus colas
aguijones; y su poder era de hacer daño a los hombres cinco meses. Y tienen sobre sí por
rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon.
‘Hacer daño a los hombres cinco meses’ -Se suscita la pregunta: ¿A qué hombres habían de
dañar durante cinco meses?- Indudablemente a los mismos a quienes más tarde habían de matar
(véase el vers. 15), a saber, "la tercera parte de los hombres" o sea un tercio del Imperio
Romano, su división griega.
¿Cuándo iban a empezar a atormentarlos?; El vers. 11 contesta la pregunta.
"Y tienen sobre sí por rey". Desde la muerte de Mahoma hasta casi fines del siglo XIII,
estuvieron los mahometanos divididos en varias fracciones bajo diversos caudillos, pero sin
gobierno civil general que los abarcase a todos. Hacia fines del siglo XIII, Otmán fundó un
gobierno o imperio que creció hasta extenderse sobre todas las principales tribus mahometanas,
consolidándolas en una gran monarquía. Su rey se llama el "ángel del abismo". Un ángel
significa un mensajero o ministro, sea bueno o malo, y no siempre un ser espiritual. El
#4;ángel del abismo" sería el ministro principal de la religión que salió de allí cuando fue
abierto. Esa religión es el mahometismo, y el sultán era su ministro principal. Su nombre,
en lengua hebraica, es "Abaddon", el destructor; en griego, "Apoliyon", exterminador, o
destructor. Por el hecho de que tiene dos nombres diferentes, en dos idiomas, es evidente
que el carácter más bien que el nombre del poder es lo que se quiere representar aquí. En
tal caso, como se expresa en ambos idiomas, es un destructor. Tal ha sido siempre el carácter
del gobierno otomano.
Pero ¿cuándo realizó Otmán su primer asalto contra el imperio griego? Según Gibbon, #4;fue el
27 de julio del año 1299 de la era cristiana, cuando Otmán invadió por primera vez el
territorio de Nicomedia; y la exactitud singular de la fecha parece revelar cierta previsión
del crecimiento rápido y destructor del monstruo".
Von Hammer, el historiador alemán de Turquía, y otros autores fijan este acontecimiento en
1301. Pero ¿qué fecha atestiguan las fuentes históricas de la época? Pachymeres es un historiador
eclesiéstico y secular que nació en Nicea, ciudad situada en la región invadida
por Otmán, y escribió su historia precisamente durante ese período, pues concluyó su obra
hacia 1307, de modo que era contemporáneo de Otmán.
Posino, en 1669, elaboró una cronología completa de la historia de Pachymeres, dando las
fechas de los eclípses de la luna y el sol, como también otros sucesos registrados por Pachymeres
en su obra. Acerca de la fecha de 1299, Posino dice:
"Ahora nos toca dar la época exacta y fundamental del Imperio Otomano. Trataremos de hacerlo
comparando cabalmente las fechas dadas por los cronistas árabes con el testimonio de
nuestro Pachymeres. Este último autor relata en el cuarto libro de su segunda parte, capítulo
25, que Atmán (nombre griego de Otmán) se fortaleció asumiendo el comando de una banda
muy fuerte de guerreros audaces y enérgicos de Paflagonia. Cuando Muzalo, jefe del ejército
romano, intentó cerrarle el paso, lo derrotó en una batalla cerca de Nicomedia, capital de
Bitinia. Desde entonces el dueño del campo de batalla mantuvo esa ciudad como sitiada. Ahora
bien, Pachymeres es muy explícito al declarar que esos acontecimientos ocurrieron en la
vecindad inmediata de Bafeum, no lejos de Nicomedia, el 27 de julio. El año, aseveramos en
nuestra sinopsis, tras comparar cuidadosamente los sucesos, fue el que corresponde al 1299
de nuestro Señor".
La sinopsis a la cual alude Posino da la fecha en la cual se unieron los de Paflagonia con
las fuerzas de Otmán, cosa que sucedió el 27 de julio de 1299 de la era cristiana el quinto
año del papa Bonifacio VIII y el sexto de Miguel Paleólogo. La declaración es como sigue:
"Atmán (Otmán), el sátrapa de los persas, llamado también Otomanos, fundador de la aun reinante
dinastía de los turcos, se fortaleció al unir consigo un gran número de feroces bandidos
de Paflagonia".28
Los de Paflagonia, bajo los hijos de Amurio, se unieron a Otmán en su ataque del 27 de
julio, de manera que dos veces nos da Posino la fecha 1299 como la del suceso.
Gregoras, también contemporáneo de Otmán, apoya a Gibbon y Pachymeres, al establecer la
fecha 1299 en su relato de la división de Anatolia. La división entre diez emires turcos se
realizó en 1300, según lo corroboran historiadores fidedignos. Gregoras declara que en la
división Otmán recibió el Olimpo y ciertas partes de Bitinia, lo cual indica que Otmán ya
había peleado la batalla de Bafeum y había conquistado ciertas partes de ese territorio
grecorromano.
"Los cálculos de algunos autores se han basado en la suposición de que el período debía
iniciarse con la fundación del Imperio Otomano; pero esto es evidentemente un error; porque
no sólo habían de tener rey sobre ellos, sino que habían de atormentar a los hombres cinco
meses. Pero el período de tormento no podía principiar antes del primer ataque de los atormentadores;
que se produjo, como se ha declarado ya, el 27 de julio de 1299". 24
El cálculo que sigue, basado en ese punto de partida, fue hecho y publicado por primera vez
en una obra titulada "Christ’s Second Coming" (La segunda venida de Cristo), por Josías
Litch, en 1838.
"Y su poder era de hacer daño a los hombres cinco meses#4;, tal era el plazo que les era
concedido para atormentarlos por depredaciones constantes, pero sin matarlos políticamente:
‘Cinco meses’ (a treinta días por mes son 150 días), es decir 150 años. Comenzando el 27 de
julio de 1299, el total de los 150 años llega a 1449. Durante todo ese lapso los turcos
estuvieron empeñados en una guerra casi perpetua con el Imperio Griego, pero sin vencerlo.
Se apoderaron de varias provincias griegas y las conservaron, pero la independencia griega
se mantenía en Constantinopla. Sin embargo, en 1449, al terminarse los 150 años, se produjo
un cambio", cuya historia se encontrará bajo la trompeta siguiente.25