EL MITO  INCA  DE  WIRACCOCHAN



En el nacimiento del reino inka del Qosqo el dios Wiracocha (creador del Universo) nacido de las espumas del mar, parte desde el lago Titiqaqa y avanza al norte creando los seres de las tres eras anteriores que luego aniquila al comprobar sus miserias. Testimonian las ro- cas en que fueron convertidos y los Ñaupa Machu (ancianos antiguos) del Ch´awaq Pacha (era obscura), que son calcinados al reaparecer el sol por el lado contrario, salvando pocos que subsisten amedrentados en los hacinamientos de piedras. Llega al valle de Waroq y trepa al monte Wiraqochan que perenniza la hazaña, y desde allí avizora la tierra yerma, compade- ciéndose. Llama por sus nombres a las plantas que pronto despuntan de la tierra, a los in- sectos y animales que emergen de los resquicios y finalmente a los hombres que se corpori- zan de la tierra y las rocas. Contento baja de la montaña y prosigue viaje llegando al valle de Erma (Pachakamaq) para internarse en el mar, paso a paso, mientras daba recomenda- ciones. El mito indica la enorme trascendencia que tuvo lugar para los antiguos peruanos, compara- ble al lago Titiqaqa del que salen Manqo Qhapaq y Mama Oqllu, fundadores del reino del Qosqo. Reverentes entonces, transforman la waka en usnu inka (altar), construyen un adora- torio en la montaña de la creación, un Yaya Wasi (seminario) para la formación sacerdotal en un recodo del Willka Mayu (río sagrado) y se prosigue la orfebrería en Batan Orqo, sub- sistiendo el nombre de la actividad como apellido: Qorimanya.


Fuente: Fausto Espinoza







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